Sara: (Archivo 72%)

Consecuencias del Sharenting

“SHARENTING”

Felipe Sánchez Iregui

11/8/20256 min read

woman in black tank top covering her face with her hands
woman in black tank top covering her face with her hands

El Personaje: Sara, 27 años, con el cansancio de quien ha peleado demasiado. A pesar de que estamos en el año 2045, Sara está en el juzgado, intentando que el sistema borre su infancia.

El aire en esa sala de audiencias era de un frío punzante, como el de una morgue, con ese olor áspero a papel viejo y formalidad. Sara ni siquiera podía mirar a sus padres; solo a la pantalla que proyectaba su pasado, el que ahora tanto le pasaba factura.

Un nombre de archivo parpadeaba en la pantalla gigante de la sala: “Archivo 72%“.

“Señora Sara,” la voz de la Jueza era de hielo.

“Solicita anulación total de su Huella digital de infancia compartida, alegando daño a la Identidad… ¿Lista para empezar?”.

Sara asintió, su garganta se sentía como si hubiera tragado arena.

“El expediente es la prueba, Su Señoría. Es un mapa de mi vida. Pero lo crearon y lo compartieron mis padres”.

La Princesa del Pañal de Oro

El monitor gigante en la sala de audiencias proyectó la primera foto. Se le revolvió el estómago.

“La Princesa del Pañal de Oro, 11:32 AM, Coordenadas: [Casa de la Abuela], Fecha: 09/11/2025”.

Ella era apenas una bebé sentada en la bacinilla. Pura, indefensa. Su madre, sin mala intención, le había pegado un filtro de corona.

El caption: “¡Nuestra Reina está ocupada!” Y estaba acompañada de estos emoticones: .

“Esa foto tiene tres millones de Likes y 700 comentarios,” susurró Sara, con su voz entrecortada.

“Era mi intimidad. La primera de miles de imágenes que mis padres publicaron en esa basura que en su tiempo llamaron Internet”.

Y así sucesivamente, cada imagen era otro motivo de vergüenza:

  • “Mi Primer Berrinche Épico.” Un video de ella, de cuatro años, roja de rabia, casi a punto de explotar en un pasillo de un centro comercial.

    • Su padre lo subió, se hizo viral, y fue usado en un noticiero para explicar el contexto de “maternidad real, problemas y desafíos“.

  • “Operación Muñeca Rota.” Nueve años, la pierna enyesada, llorando de dolor.

    • El pie de foto invitaba a los “amigos” a mandarle bendiciones y a que escribieran mensajes sobrepuestos en la imagen.

    • Cientos de extraños opinaron sobre lo mal que le quedaba el yeso, sobre su cara de dolor e incluso sobre la ineficacia de los hospitales.

“¡Lo hicimos por amor, Sara!” Papá no pudo más. Su voz se rompió. “Para que la familia sintiera cada paso. Para tener un recuerdo…”.

Sara ya no estaba molesta, pero aún tenía una tristeza inmensa, esa que a veces no te deja ni respirar.

“No. Lo hicieron porque necesitaban que su vida fuese vista. Yo era el engagement. Yo era su validación, fui el tiquete para su viaje a la fama a costa de mi intimidad”.

La Cifra que Duele (El Presente)

La Jueza pidió el “Archivo 72%“. La sala se tiñó de un tenue color rojo, como una advertencia.

El Archivo 72% no era una foto. Era un informe forense completo con miles de fotos, memes, imágenes, emoticones y gifs donde Sara había sido expuesta, ridiculizada, aplaudida y hasta cuestionada.

Era ni más ni menos la conexión directa entre las fotos de su infancia y ese presente que ahora tenía que soportar día a día, incluso en su nuevo lugar de trabajo, siendo objeto de comentarios y burlas.

“El porcentaje,” explicó Sara, “es la estadística que ignoraron: el 72% del material que usan los depredadores en internet viene de fotos que ustedes, los padres, suben a internet. Lo subieron con filtros de amor. Lo sé. Pero las consecuencias que las jóvenes como yo experimentamos y padecemos son reales, no tienen filtro”.

Apretó un botón. Más imágenes crudas, sin adorno y ya sin filtros:

  • A los 15 años: Una cuenta anónima usó la foto de su pierna rota y creó un perfil falso.

    • El mensaje era: “Estoy sola en casa. Me duele la rodilla. ¿Vienes a curarme?“.

  • A los 19 años: El robo de identidad. Un ladrón usó las fotos de su escuela, su nombre completo y su fecha de nacimiento —todo ahí, en el feed— para intentar abrir cuentas bancarias a su nombre.

  • A los 23 años: La humillación. Una foto de ella en traje de baño a los 16, subida con un caption tierno, fue usada por un compañero de trabajo para ridiculizarla en un chat grupal de la oficina.

“Yo no tengo pasado, Su Señoría,” dijo Sara, bajando la voz.

“Tengo un álbum de recuerdos que le pertenece a cualquiera. Nunca tuve el derecho de definir quién era. Ellos lo hicieron por mí, con hashtags y filtros. Mi intimidad fue su tarjeta de presentación, frente a su necesidad de aprobación social”.

Sara se inclinó nuevamente hacia el micrófono, ya no buscaba más discusiones, solo comprensión.

“Ustedes aman, lo sé. Pero destruyeron mi derecho a la privacidad, a no existir en ese ruido, a decidir si quería ser una historiadora de datos discreta o una ‘Princesa del Pañal de Oro’ para siempre”.

“Hoy, demando la anulación de mi huella digital completa,” concluyó.

“No es por castigarlos. Es para liberar a la niña de cinco años que fue un meme y a la mujer de veintisiete que ha pasado media vida intentando borrar los fantasmas que ustedes crearon y alimentaron día tras día con cada una de sus publicaciones”.

La Jueza miró a Sara, luego a los padres, que lloraban en silencio. El juicio no era sobre culpa.

Era sobre el precio de la atención y sobre la verdad incómoda de que el amor, a veces, necesita ser menos público.

Veredicto en Pausa

“Por ahora ordeno,” continuó la Jueza, “que se elimine toda la huella digital de la señora Sara aquí presente, advirtiendo que, no obstante que ahora en 2047 contamos con tecnologías de rastreo y eliminación algorítmica de imágenes, cualquiera puede volver a crearlas y compartirlas a través de la IA”.

Consecuencias del Sharenting

El “Sharenting” (de share —compartir— y parenting —crianza—) es la práctica habitual y constante de los padres de publicar fotos, videos e información personal de sus hijos en redes sociales y otros entornos digitales.

El principal problema, como en el caso de la historia de Sara, es que cada publicación contribuye a construir una huella digital permanente del menor, creada sin su consentimiento y que, una vez difundida, escapa al control de los propios padres.

Veamos algunas consecuencias:

Riesgo Consecuencia Directa Pérdida de Privacidad y Exposición El menor, al no poder ni física ni jurídicamente hacer nada, pierde la capacidad de controlar su propia narrativa e imagen. Se publica información sobre su ubicación (colegio, casa), horarios y rutinas, sobreexponiendo sus datos y haciéndolos accesibles a cualquiera. Robo de Identidad Los datos compartidos (nombre completo, fecha de nacimiento, ubicación) pueden ser utilizados por delincuentes para crear identidades falsas o solicitar créditos a nombre del menor, como ya ha pasado en eventos reales. Ciberacoso y Bullying Publicar fotos vergonzosas o ridículas, aunque para muchos adultos se consideren inocentes, hace que las mismas con el paso del tiempo se conviertan en motivo de burla (bullying) por parte de sus compañeros de colegio. Una vez que el menor crece, incluso se extiende hasta su edad adulta, donde en su trabajo también puede ser ridiculizado. Grooming y Explotación Sexual Este es, sin duda, uno de los riesgos más graves. Mucho del material incautado a pedófilos son imágenes cotidianas de menores no sexualizadas inicialmente, pero obtenidas de redes sociales de los propios padres. Monetización y Sentimiento de Explotación Cuando el sharenting se convierte en la fuente principal de ingresos de la familia (Familiares que buscan convertirse en influencers) a costa del menor, puede llevarlo a sentir que su intimidad y vida son una mercancía y que solo fue utilizado para el lucro y la fama de sus padres.

Preguntas para la Reflexión

  • ¿Y tú eres de esos padres que comparte y publica todo sobre sus hijos?

  • ¿Qué responsabilidad tienen las guarderías, los colegios y los sitios públicos como piscinas y centros vacacionales por la divulgación de fotografías de menores que asisten a los mismos?

  • ¿Dónde están publicadas y socializadas las reglas, protocolos y advertencias sobre no tomar y difundir fotografías de menores?

  • ¿Puedo exigir a otros padres de familia que difuminen (anonimicen) la imagen de mi hijo cuando salen en fotografías grupales que ellos publiquen en sus redes sociales?

Conexión Consciente es una comunidad creada por una iniciativa de Felipe Sánchez Iregui, a la que se suma el diario La Razón —el primer medio de comunicación en hacerlo—, en el marco de su compromiso con la sociedad y dentro de su política de responsabilidad social.*